Sentirse más grande que los padres
La arrogancia y la soberbia son rasgos de la personalidad y se definen como la creencia acerca de la propia superioridad e importancia sobre las demás personas. Aunque ambos términos se presentan como sinónimos en el diccionario podemos distinguir algunas peculiaridades entre ellas.
La persona soberbia se presenta con altivez, altanería y vanidad, mientras que en la arrogancia el individuo, además de estas características y tener el sentimiento de superioridad, cree que es más grande que todos los que le rodean.
|
|
Sin embargo, el arrogante en otros momentos parece ser una víctima porque le falta el reconocimiento de los otros pese a todo lo que ha hecho por ellos; se siente incomprendido y no reconocido.
La persona arrogante en el fondo tiene una profunda inseguridad y busca desesperadamente la aprobación de los otros, por ello su actitud de ser ayudador y salvador tiene detrás el deseo inconscientemente de destacar su superioridad.
Viviendo con esta conducta el ser humano no es feliz, al contrario, lleva dentro de sí un continuo vacío que busca llenar con el esfuerzo constante por alcanzar la mirada y el reconocimiento social.
Al estar directamente relacionada con la falta de seguridad y confianza, la clave para salir de la arrogancia es ocuparse del amor a sí mismo. Solo de esta manera se podrá tener relaciones desde el equilibrio, dando y recibiendo sin ese ego elevado para compensar las carencias de autoestima.